sábado, 6 de octubre de 2012

De la fundación de la colonia Juárez

La historia

La colonia Juárez fue fundada con este nombre y su actual conformación en el año de 1906, sin embargo las colonias que se fusionaron para llegar a este fin se definieron muchos años antes. El desarrollo de la colonia se confina dentro de estas importantes avenidas: el Paseo de la Reforma, Avenida Chapultepec, Bucareli y un breve tramo del circuito interior José Vasconcelos, formando un polígono de proporción más largo que ancho.

 
El desarrollo urbano en el que se generaron las nuevas colonias ocurrió en la segunda mitad del siglo XIX, cuando el problema de hacinamiento en la urbe era tal, que fue necesario expandir los límites urbanos de la ciudad más allá de lo que ahora conocemos como el Centro Histórico, y que entonces era la totalidad de la urbe.
Fue en 1854 cuando se ampliaron los límites de la ciudad mediante un decreto que expidió el congreso, y que incluyeron:
Al norte el pueblo de San Cristóbal Ecatepec, al NO Tlalnepantla, al poniente los Remedios, San Bartolo y Santa Fe; al SO desde el límite oriente de Huixquilucan, Mixcoac, San Ángel y Coyoacán, por el S Tlalpan, por el SE Tepepa, Xochimilco e Iztapalapan, por el Oriente el Peñón Viejo, y entre este rumbo y el NE y el Norte, hasta la medianía de las aguas del lago de Texcoco.
Para 1865 — once años más tarde— ya se informaba a Maximiliano de Habsburgo, que fue emperador de México del 10 de abril de 1864 al 15 de mayo de 1867, sobre la dificultad de poblar las primeras colonias que se fundaron: la Santa María la Ribera y la de los Arquitectos.
Para estas fechas ya existía el Paseo de Bucareli, que fue construido y fundado por el Virrey Antonio María de Bucareli y Ursúa en 1778, y la Calzada de Chapultepec, que seguía la trayectoria del acueducto que abastecía a la ciudad de agua proveniente de los manantiales de Chapultepec.
Fue Maximiliano quien mandó trazar y construir el Paseo del Emperador —o de la Emperatriz— para trasladarse por esta señorial avenida del Castillo de Chapultepec al centro de la Ciudad, que hoy conocemos como el Paseo de la Reforma en el tramo que corre de la entrada al bosque de la Puerta de los Leones, hasta su cruce con Bucareli y avenida Juárez.
Para abrir esta avenida, se tuvieron que atravesar los terrenos de la extensa Hacienda de la Teja propiedad de Rafael Martínez de la Torre, en cuyo casco se alojaron Maximiliano y Carlota cuando llegaron a la ciudad, algunos otros más cercanos a Bucareli que pertenecían a Francisco Somera, y terrenos ejidales del ayuntamiento.
La Colonia de los Arquitectos se fundó sobre el Ejido de la Horca, terrenos que Francisco Somera adquirió y fraccionó con cierta facilidad por trabajar en el ayuntamiento, y después Jefe de Caminos y Canales, por lo que la lotificación de esta colonia quedó lista en 1859. Le llamó “de los Arquitectos” porque Somera planeaba captar a los estudiantes de la Academia de San Carlos para que adquirieran su terreno y construyeran su casa, mas falló el plan, porque los arquitectos efectivamente compraron terrenos, pero los revendieron y no se llegó a construir gran cosa en esta colonia. Fue hasta 1880 (21 años después) que comenzó a poblarse realmente.
 
  La colonia de los Arquitectos comprendía el área entre el paseo de la Reforma, la calle de Atenas en todo su desarrollo (entrando por General Prim) hasta llegar a Bucareli, y el tramo de Bucareli desde la esquina de Atenas hasta la glorieta con Reforma. Fueron 7 manzanas en total.

La segunda colonia que se fundó y que después formaría parte de la Colonia Juárez, fue la Colonia Bucareli: en este caso don Rafael Martínez de la Torre compró la parcialidad de San Juan Tenochtitlán al poniente del Paseo de Bucareli, en 1852. También aquí se tuvo dificultad para construir, lo que ocasionó que 10 años más tarde don Rafael le vendiera estos terrenos a José Ives de Limantour, quien lotificó y fundó la colonia, que también fue conocida como Colonia Limantour; ésta ocupaba el área entre la calle de Versalles, Bucareli, Atenas y Avenida Chapultepec. En total se definieron 10 manzanas, que se autorizaron en 1890, y un año más tarde se registró la fundación de la colonia.
La Colonia de la Teja —después llamada “del Paseo”— y la Nueva del Paseo se trazaron sobre una parte de la Hacienda de la Teja, y ocuparon el área que quedó entre Atenas, Versalles, Chapultepec e Insurgentes. Éstas se fundaron en 1897 y 1898 respectivamente, en base a un proyecto de Martínez de la Torre.

En el caso de la Colonia de la Teja, los propietarios del terreno eran los señores Malo quienes comenzaron a fraccionar en 1882, mas no terminaron su empresa y fue hasta 1897 que la Chapultepec Land Improvement Company terminó la faena, esta compañía norteamericana junto con el Banco de Londres y México eran propietarios de la mayoría de las manzanas que se extendieron hasta Chapultepec, todavía dejando libres algunas áreas a lo largo de Avenida Chapultepec. Esta área fue urbanizada y poblada entre 1898 y 1901, y durante mucho tiempo fue nombrada también como Colonia Americana, pues el nicho de mercado objetivo eran los norteamericanos avecindados en la ciudad.
Leandro F Payró era el encargado de pavimentar la Colonia del Paseo, él compró los terrenos libres que colindaban con Insurgentes, y se fundó la Colonia Nueva del Paseo en 1898.

El presidente Porfirio Díaz impulsó con energía la creación de éstas y otras colonias más; siendo congruente con el lema de su gobierno —“Orden y progreso”—, fomentó que tanto en el casco antiguo de la ciudad como en las nuevas colonias se instalara la infraestructura necesaria para equipar a la ciudad de servicios como agua potable, luz y energía eléctrica, drenaje, y ordenamiento urbano.
Muchos fueron los edificios del México Virreinal que se demolieron con estas medidas, y muchos fueron también los que se fabricaron. Parte de esta dinámica actividad urbana fue la unificación y definición de la que en 1906 se inauguró como Colonia Juárez en honor al prócer de la Reforma, con sus calles pavimentadas y los más modernos servicios.

Faltaron muchos años para que la colonia se poblara de manera uniforme pues la construcción de sus mansiones y villas campestres de arquitectura ecléctica —tan característicos del período porfiriano—, se detuvo con la Guerra de Revolución de 1910, y gradualmente se fue reanudando hacia 1920, año en el que arrancaría una nueva etapa de la arquitectura, que permitió a los arquitectos que continuaron con la construcción de casas, edificios de departamentos, oficinas, y otros servicios, explorar diferentes corrientes estilísticas buscando el lenguaje plástico que definiría a la nueva nación revolucionaria.
Hoy en día todavía se distinguen algunas de las edificaciones que les comento bajo la parafernalia comercial de los negocios que los han ocupado, en algunos casos estas intervenciones han dañado tanto los edificios, que es complicado distinguir su arquitectura. Otros casos más afortunados han sido respetados y, felizmente nos regalan su aspecto original.

Las fuentes

Jiménez Muñóz, Jorge. La traza del poder. Dedalo. México: 1993.

Segurajáuregui, Elena. Arquitectura porfirista en la colonia Juárez. Universidad Autónoma Metropolitana de Azcapotzalco / Tilde. México: 1997.

Martínez Assad, Carlos. La patria en el Paseo de la Reforma. Fondo de Cultura Económica / UNAM. México: 2005.

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