miércoles, 14 de noviembre de 2012

Del acueducto virreinal

En 1522 comenzó la construcción de la ciudad: la capital de la Nueva España se edificó sobre la ciudad de Tenochtitlan. Una de las primeras tareas que si hicieron fue restaurar la dotación de agua, construyéndose así tres acueductos al estilo español.
Acueducto de Tlaxpana

Construido entre 1522 y 1530 sobre la trayectoria del antiguo acueducto prehispánico, fue ampliado en 1570 por ser insuficiente el agua que transportaba, éste partía del manantial de Santa Fe al del cerro de Chapultepec, y de ahí corría por la calzada de la Verónica (Circuito interior), la Tlaxpana y San Cosme para terminar en una fuente (destruida) en la esquina de la Mariscala (Av. Hidalgo) y Santa Isabel (Ángela Peralta), hoy se ubicaría a espaldas del Palacio de las Bellas Artes. Tenía 1,008 arcos.
Acueducto de Guadalupe

Se terminó de construir en 1751. Partía al norte de la ciudad del río Tlanepantla, y corre por la calzada de Guadalupe hasta llegar a la caja de agua de la Basílica, de ahí parte hasta llegar a Santiago Tlatelolco. Aún se conservan varios tramos del acueducto y las cajas de agua En 2,287 arcos recorre 7 km. aproximadamente.
Acueducto de Belem



Acueducto de Chapultepec: vista de noche
O de Chapultepec, que partía de las albercas del bosque de Chapultepec, corría por la actual avenida Chapultepec —donde podemos encontrar algunos restos conservados como monumento—, Arcos de Belén, y terminaba en el Salto del Agua, con una hermosa fuente estilo barroco que todavía se conserva en el Museo Nacional del Virreinato en Tepotzotlan. La fuente del Salto del agua que está en el crucero del Eje Central y la calle Arcos de Belén en es una réplica. Su desarrollo de 904 arcos recorría 3.908 km.

El acueducto fue terminado e inaugurado por el Virrey Don Antonio María de Bucareli y Ursúa en 1779, y para entonces el agua que se traía de Chapultepec era considerada “agua gorda” no apta para su consumo si no se filtraba. El agua de Santa Fe, por otro lado, se consideraba “agua delgada”, propia para beber.

Un testimonio de la época nos aclara el problema que se suscitaba con el abasto de agua: el padre José Antonio Alzate (Ozumba, Edo. Mex. 1737-México 1799, sabio reconocido por su erudición científica) protestaba por la desviación del agua que transportaban los acueductos, pues la gente horadaba los canales en el trayecto para desviar el agua hacia sus fincas, ocasionando que no llegara con presión, ni en cantidad suficiente a las fuentes. Sobre la pureza del agua aseguraba que “con el agua de Chapultepec se sustentan las religiosas de los conventos de San Juan, de Regina, de San José de Gracia, las niñas de Belén y Vizcaínas, los religiosos de San Camilo, los del Colegio de San Pedro Pascual, (…) indáguese si en dichas comunidades y vecindario hay más enfermos que en los conventos y vecindario que se abastece con el agua de Santa Fe”.

Fueron muchas las destrucciones que sufrió el bosque por causa de la ignorancia de entonces, pues para que no se contaminara el agua de las albercas de Chapultepec se talaron muchos árboles, dando inicio así a la reducción del pequeño bosque de ahuehuetes.
Durante la construcción de la ciudad colonial, estos terrenos fueron otorgados a particulares, y se formaron las haciendas de la Teja, Anzures, de los Morales, Polanco, y algunas más. Durante el siglo XIX estas haciendas serían objeto de las prácticas especulativas y de urbanización, y se fundarían las colonias modernas: la Teja, Violante, San Rafael, Polanco, Cuauhtémoc, de los Arquitectos, etc.

En 1870 se vació la alberca de Moctezuma lo que ocasionó un grave desequilibrio hidráulico en la zona, y la consecuente afectación a la flora y fauna del bosque, además de que bajó tanto la presión del acueducto que se decretó su demolición, y se decidió conservar un pequeño tramo de la arquería y la fuente.
Hoy la avenida Chapultepec limita a la Colonia Juárez de la Colonia Roma, que se construyeron durante la segunda mitad del siglo XIX sobre el antiguo lecho del pantanoso lago que cruzaba el acueducto. Durante todos estos años el nivel del agua fue disminuyendo hasta secarse por completo, la zona se ha transformado a la par de la sociedad que le ha habitado durante todos estos siglos, hasta hoy.
Fuentes

— — .Chapultepec, historia y presencia. Publicación privada de Smurfit Cartón y Papel. México: 1988.

Gibson, Charles. Los aztecas bajo el dominio español: 1519 – 1810. México. Siglo veintiuno: 1986.

Salvador Chavero, “Historia antigua y de la conquista” en México a través de los siglos. T 1. México. Cumbre: 1953. Dir. Vicente Riva Palacio

Soustelle, Jaques. La vida cotidiana de los aztecas. México. FCE: 1956

Tovar y de Teresa, Guillermo. La ciudad de los palacios: crónica de un patrimonio perdido. T 1. México. Vuelta: 1990.

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